¿Cuántas veces has visto en televisión anuncios de plantillas para pies doloridos, cansados, para hacer deporte, para aguantar las horas de trabajo o para poder soportar los tacones?

¿Te ha ocurrido alguna vez, o cuánta gente conoces, a la que le han hecho unas plantillas en una farmacia, las ha comprado en una tienda de deporte o en una zapatería y no ha habido forma de poder soportarlas porque son incómodas o simplemente porque no han notado ninguna diferencia de llevarlas a no hacerlo?

Pues bien, te contamos por qué en la mayoría de los casos no funcionan:

1* Lo primero es porque antes de poner cualquier tratamiento siempre hay que saber qué es lo que hay que tratar, tener un diagnóstico. Para saber si hay que tomar un antibiótico, un antiinflamatorio o un analgésico primero debemos saber si tenemos una infección, una inflamación o un dolor.

2* Lo segundo es ponerle un apellido al diagnóstico. Un dolor de cabeza puede ser causado por una compresión cervical, por un problema dental, o por muchas otras cosas.

3* Después hay que trasladar ese diagnóstico a la persona que lo sufre, es decir, personalizarlo. Un dolor de cabeza puede ser más o menos fuerte dependiendo de la causa, la persona que lo sufra, su edad, el tipo de trabajo que realiza, el tiempo que lleva sufriéndolo, etc.

4* Y, por último, y como consecuencia de lo anterior, hay que saber que no se trata a la enfermedad, ¡se trata a la persona que padece esa enfermedad!

Por todo ello, sin un estudio previo, donde se valoren todas las cosas que te hemos contado, es difícil que ese tipo de plantillas den un buen resultado, ya que son tratamientos estandarizados y prefabricados.

En nuestra consulta tenemos en cuenta todo esto. Y si después de realizar el estudio biomecánico llegamos a la conclusión de que como parte del tratamiento son necesarias unas plantillas, éstas se confeccionan con una u otra técnica, dependiendo de cada caso, pero generalmente se le realizan in situ al paciente (técnica en directo), mediante un sistema de vacío que nos asegura:

• -Total adaptación a la morfología del pie de cada paciente.
• -La justa medida de corrección / compensación del problema.
• -Máxima comodidad. Para que un tratamiento sea efectivo primero debe ser cómodo. Si algo es incómodo difícilmente podremos usarlo, y por lo tanto habremos perdido el tiempo y nos habremos gastado el dinero para tener esas plantillas encima de un armario, dentro de un cajón o directamente en la basura.

Podemos asegurarte que cuando te ofrecemos este tipo de tratamiento es con el convencimiento de que si no conseguimos eliminar por completo el problema sí vamos a reducir, prevenir, aliviar y mejorar los síntomas, para hacerlo más llevadero y que puedas tener una mejor calidad de vida.